Mi Historia

Mi nombre es Estefanía Oseguera Salazar, Fanny, como la mayoría de las personas me llaman.

Tengo 20 años, nací el 6 de marzo del año 1999 en una pequeña ciudad llamada La Piedad en el estado de Michoacán, México. Soy la primer hija de Susana Salazar y Álvaro Oseguera, mi madre es ama de casa y mi padre llevaba ya muchos años siendo el encargado de una paletería en la ciudad donde nací, hasta que en el 2006 perdió su trabajo y juntos nos adentramos en la aventura de explorar una nueva ciudad en busca de un trabajo que nos permitiera seguir adelante. ¿Recuerdas qué es lo que mi padre sabe hacer? Así es, paletas y helados, él es un paletero, ese es su oficio, así que eso es lo que encontramos, un pequeño negocio que convertimos en paletería, y fué así como a los 7 años llegué a Irapuato en el estado de Guanajuato, siendo allí donde el primer gran sueño que tuve en mi vida, se cumplió.



El hecho de ir a la escuela y estudiar siempre ha sido motivo de gusto para mí, saber por qué y cómo funcionan las cosas, descubrir el mundo y aprender me encanta, más si se trata de números; la emoción que se siente cuando resuelves un problema, pero de una manera diferente, desde un camino y perspectiva que a pocos se les habría ocurrido, ese sentimiento es inexplicable. Fue mi peculiar enfoque y la preparación desarrollada en el bachillerato de programación, lo que me llevó hasta las olimpiadas de matemáticas e informática, en las que tuve la oportunidad de participar en repetidas ocasiones durante la preparatoria, experiencias que contribuyeron a formar en mí el perfil necesario para traer a la realidad mi primer gran sueño. 



Equipo en representación de la ciudad de Irapuato, Guanajuato, en la Olimpiada Regional de Informática en Guanajuato (ORIG) 2015

Desde que pisé por primera vez el Tecnológico de Monterrey Campus Irapuato a los 12 años mientras participaba en un concurso de baile, supe que estudiar ahí era lo que quería, fijé mi destino y comencé a escribir la historia que me llevaría hasta allí, siendo así como en el 2017 tras un largo proceso de selección, en el que fueron evaluados mi situación económica y perfil, el Tecnológico de Monterrey decidió otorgarme la beca Líderes del Mañana, misma que cubre el 100% de mis estudios universitarios. 



Ahora me encuentro estudiando el 5º semestre de la carrera de Ingeniería Mecatrónica en la antes mencionada institución, pero ahora en Campus Monterrey. ¿Por qué te vas tan lejos habiendo campus cerca?, era la pregunta que muchas de las personas más cercanas a mi tenían, la respuesta era simple y para mi tenía sentido: estoy persiguiendo mi sueño.  

Mi gran sueño

“Cirquera, politiquista y mamá”, era mi respuesta cuando de pequeña me preguntaban por lo que quería ser de grande, mientras que ahora tengo muy claro a donde quiero llegar y cómo hacerlo. Tan decidida estoy y se refleja en cada paso que doy, que las personas que me conocen o saben lo que hago, me relacionen directamente con mi sueño: “Convertirme en astronauta”. 



Desde hace ya mucho tiempo, se comenzó a formar en mi esta fascinación por el espacio, así como una sed de aprender y comprender cómo funciona el universo, y la ingeniería necesaria para llevar a un hombre fuera de nuestro planeta. Fue entonces como me decidí y justo como lo hice con mi sueño anterior, supe era hora de comenzar a formar en mi lo necesario para hacerlo realidad. 

Tomando en cuenta que lograr grandes cosas precisa decisiones y sacrificios igual de grandes, decidí mi próxima parada: Monterrey, Nuevo León. La concentración de oportunidades disponibles, movimiento industrial, conexiones y el apoyo que se presentan diariamente tanto en la ciudad como en la Institución en la que estudio, además de la cercanía con el país vecino, representan factores clave entre los cuales visualicé el camino que debería seguir, y no me equivoqué.

Comencé el semestre actual decidida a dar pasos fuertes y concisos que me acerquen a mi meta, siendo así como después de hacer lo que tenía que hacer y hablar con quien tenía que hablar, di con este grupo de estudiantes llamado “Space makers” y del que desde entonces soy parte, con quienes comparto el mismo interés aeroespacial, desarrollando proyectos en el área y encargándonos de difundir la maravilla de nuestro Universo. 

Un gran paso: El proyecto

Hace poco tiempo, se nos presentó la oportunidad de unirnos a un grupo de estudiantes del Tecnológico de Monterrey Campus Tampico, para trabajar en dos proyectos: 

• Free floating space robots 
• Control Moment Gyros 

Una vez desarrollados, presentarnos en las ciudades de Kyoto, Nagoya y Tokyo en Japón, del 13 al 31 de enero del 2020, probar nuestros proyectos y realizar investigación junto con:

• Tokyo Metropolitan University 
• The University of Tokyo 
• Japan Aerospace Exploration Agency (JAXA) 
• Toyota Japan 
• MITSUBISHI Aircraft Corporation 

Ya fui aceptada para colaborar en estos proyectos, y contamos ya con fecha para comenzar a trabajar en ellos (07 de octubre del 2019). Sin embargo, en lo personal no cuento con el recurso económico necesario para pagar por la actividad, ni los gastos adicionales del curso:

• $2,950 USD = Costo de la actividad (Incluye: Seguros de viaje, Hospedaje, Transporte en Japón, actividades en universidades y empresas). 
• $1,150 USD = Vuelos 
• $1,000 USD = Alimentos 
• Total solicitado $5,100 USD = $99,200 MXN 

La fecha límite para cubrir al menos el primer pago del costo de la actividad es el 07 de octubre del presente año, mientras que los vuelos pueden pagarse después, aunque se corre el riesgo de que sus precios incrementen.   

Significa más, significa el inicio

Ahora sabes un poco acerca de quién soy y hacia donde me dirijo, pero eso no es todo, para mí es muy importante compartir contigo la verdadera importancia de este proyecto. 

Como lo comentaba anteriormente, esta gran oportunidad como yo la llamo, representa muchísimo más que un viaje, es esa primer gran oportunidad que en mi vida representará el primer gran paso, que permita abrirme camino en la industria aeroespacial y hacia el futuro que me he fijado; que me conceda mostrarle al mundo de lo que estamos hechos los Mexicanos y lo que una mujer preparada y con ganas, puede lograr; porque más que un proyecto, este es mi proyecto de vida, y estoy convencida de que lo único que necesito es la posibilidad de tomar una oportunidad como esta, ya que una vez dentro de esta puerta, yo me encargo de abrir la siguiente y así hasta llegar a estar donde debo de estar y a ser quien debo de ser para cumplir este sueño.

 

Mi convicción y claridad sobre las metas que tengo, así como las habilidades y conocimiento que en mi persona he desarrollado, me han llevado a creer que esta iniciativa es posible de lograr, que aun sin contar de primera mano con el recurso económico necesario, soy capaz de que mis ganas y entusiasmo por hacer esto cubran el mundo entero, y que junto conmigo, muchos otros crean en este proyecto.

Me queda claro que cuando se tiene un sueño lo debes de tomar muy fuerte, no dejar que se te escape, navegar junto con él a donde sea que te lleve, tener el coraje de levantarte y hacer que las distancias se vuelvan más cortas, que un extraño se convierta en un conocido y crea en eso que te mueve. 

Tú puedes Ayudarme

El espíritu que mueve esta idea tiene además como propósito abrir puertas donde antes no las había, para todos aquellos que como yo, gustan de esta rama de la ciencia y la tecnología, siendo claro ejemplo de que México puede también sobresalir en la industria aeroespacial, y apoyar a los nuevos soñadores que al igual que yo buscan el camino hacia sus propias metas.

Quiero invitarte a unirte en este recorrido. Puedes apoyarme con una aportación en línea y compartiendo el URL entre tus contactos en Redes Sociales, WhatsApp y Correo Electrónico, y así pueda llegar a la meta lo antes posible. Recuerda que aquí todo suma.

Gracias por creer en mí.